De qué luz fueron nombrados embajadores el Presidente y su Jefe. El torniquete de Caputo. Quiénes están detrás del premio otorgado en Miami. El poder de los Lubavitch y el poder del Opus Dei. A quién representan y a cuántos no. La increíble coincidencia entre el rabino Schneerson y monseñor Escrivá de Balaguer.
Lo que más disfruta Su Excelencia es ser copiado. Se explica: el original del político enloquecedor es él. Abruma, se defiende atacando, goza con la hiperactividad, se enorgullece cuando dice frases como “el Estado es una organización criminal” o “entre los jubilados hay menos pobres”, se alegra cuando repite “no hay plata”, mezcla acción con discurso y hasta disfraza el discurso de acción. Y mientras tanto, de manera constante, diaria, opresiva, el torniquete de Luis Caputo sigue apretando los ingresos de pobres de toda pobreza, trabajadores, empresas chicas, empresas medianas e incluso empresas nacionales importantes que no forman parte de ninguna de las dos formas de acumulación en marcha: la financiera a gran escala y la de Techint, que ya controla no sólo el acero y el petróleo sino una buena parte del Poder Ejecutivo. Por eso es mejor no copiarse de Su Excelencia y, en lugar de oficiar de espejos impetuosos, desmenuzar con calma qué hace.
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A Su Excelencia le gustan las series históricas. Las de números, con las que suele fabular, como hacía Adolf Hitler, con el mito de una Argentina potente y perdida que él vendría a rescatar. Daniel Schteingart, un sociólogo siempre atento, retuiteó información de Salvador Vitelli, experto en ingresos. Dice: “La caída del salario real en lo que va de 2024 está entre las 5 más grandes de la historia argentina de los últimos 90 años, junto con 1976, 1959, 1898 y 2002”. El tuit original de Vitelli decía que “en febrero, el salario promedio (RIPTE) anotó su mayor caída cuatrimestral (en términos reales) desde que se elabora el índice”. El gráfico que adjuntó mostraba una caída del 20 por ciento registrada en junio de 2002, como arrastre del convertible fabricado por Domingo Cavallo que había estallado en las propias manos del inventor a fines de 2001. La caída que podía leerse en los números disponibles en febrero último ya trepaba, o descendía, al 24 por ciento. A pesar de su propietario Elon Musk, que como informan en esta edición Dany Meroya y Jeferson Miola busca negocios y actúa como megainfluencer de la ultraderecha mundial, X es una fuente muy interesante de información. Al comentar el posteo de Vitelli, el señor @fegarciam, economista platense según cuenta su perfil, advierte que “seguimos camino al peor semestre de la serie”. La serie RIPTE, no la de Guillote Coppola que anda muy bien. Aunque, ya que estamos, para una mejor comprensión de la cocina del poder hay que mirar Yellowstone, con el asombroso Kevin Costner. Como El Padrino, pero en el Estados Unidos profundo. Ésos sí que sabían (¿saben?) crear torniquetes y después ajustar donde duele.
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Ajeno a estas minucias, Su Excelencia se fue de gira a los Estados Unidos. Lo acompañó espiritualmente la ignorancia argenta promedio. Quizás por miedo a pecar de antisemitismo, cuidado absurdo para quien no es antisemita, la escala de Su Excelencia en Miami fue tratada como si hubiera asistido a un retiro espiritual. Las imágenes mostraron a Su Excelencia y a su Jefe, la secretaria general de la Presidencia Karina Milei, en situaciones de éxtasis místico. Sólo ellos dos saben el grado de autenticidad de sus gestos, y cualquier cosa que se diga en contrario sería pura especulación. O sea, inútil. En cambio es útil registrar algunos datos. Milei Su Excelencia y Milei Jefe fueron premiados con un título: “Embajador Internacional de la Luz”. Una curiosidad para quien, con los tarifazos, está por dejar a oscuras las universidades nacionales y los hospitales, pero esa curiosidad no alcanza a tapar la las circunstancias del premio. Lo otorgó el Centro Social Menachem Mendel Schneerson, perteneciente a la comunidad judía ortodoxa Jabad Lubavitch. Schneerson fue un rabino fallecido en 1994. Está enterrado en Nueva York y su tumba es centro de veneración. Fue un firme opositor de la secularización y el laicismo, a tal punto que influyó en que haya rezo en las escuelas públicas de los Estados Unidos. Habrá que tomar más en serio al diputado Bertie Benegas Lynch, que Su Excelencia quiere como presidente de la Comisión de Juicio Político. Aceptar como ideal que un chico trabaje no sólo equivale a ignorar que el trabajo infantil está penado. Atacar la obligatoriedad de la educación no sólo es una opción que va contra la ley 1420 de 1884, que hizo obligatoria la primaria, y la normativa de 2014 que extendió la obligatoriedad desde los 4 años hasta el fin de la secundaria. Además de prohibir el trabajo infantil y garantizar el derecho y la obligación de estudiar, la tradición democrática argentina en la educación viene de la proclamación de la escuela obligatoria también como gratuita y laica. O Bertie, especializado en decir lo que Su Excelencia no quiere verbalizar, atrasa 140 años, o su proyecto es que la Argentina vuelva por lo menos 140 años hacia atrás.
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De la teología Lubavitch en versión for dummies extrajo Su Excelencia las menciones a las fuerzas del cielo, tomadas de la lucha de los macabeos por su liberación contra los invasores griegos en el 166 antes de nuestra era. Jabad no representa a todos los judíos, y ni siquiera a todos los judíos practicantes, y ni siquiera a todos los judíos ortodoxos. Es una fracción. Poderosa, pero una fracción. Como el Opus Dei, la orden franquista que Juan Pablo II ascendió a la categoría papal y Francisco bajó a tierra para que en todo caso conviviera o peleara con otras órdenes, ninguna de ellas marcada como elegida por sobre las demás. Decir que el Opus representa a todos los católicos, e incluso a todos los practicantes, e incluso a todos los ultramontanos, sería equivocado. También sería erróneo describir al Opus Dei, fundado en 1928 por el aragonés Josemaría Escrivá de Balaguer, como una organización integrada sólo por personajes influyentes de la política y las finanzas. No todos son, por ejemplo, Rodolfo Barra, el actual jefe de los abogados oficiales de Su Excelencia que antes revistó como ministro privatizador de Carlos Saúl Menem, miembro de la Corte Suprema, controlador de aeropuertos primero y luego empleado de los mismos aeropuertos que antes controlaba. Pertenecientes a Eduardo Eurnekian, donde el economista Javier Milei trabajó con analista de riesgo junto con medio gobierno actual. El que no pertenece a Techint, por cierto.
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Con Jabad sucede lo mismo que con el Opus. No todos sus miembros son Eduardo Elsztein, el dueño de la superinmobiliaria Irsa y la megaagropecuaria Cresud y financista de la campaña del candidato libertario. No todos tienen la fortuna del veterinario Gerardo Werthein, dueño del haras El Carpincho, accionista del grupo rioplatense de medios El Observador y miembro del grupo familiar que fue propietario de Telecom, por hablar sólo de sus últimas aventuras empresarias. O sea, digamos: puede ser que el premio de Jabad en Miami tenga su contenido espiritual, y es posible que en Murillo y Malabia haya un humilde vendedor de camperas de cuero que sea miembro de los Lubavitch. Pero, pasando de lo privado a lo público, sería absurdo ignorar el entramado de poder en el que operan los integrantes más poderosos de Jabad y del Opus. Para quienes gustan de los signos, va un dato: Escrivá y Schneerson nacieron en el mismo año, 1902. Vidas paralelas que terminarían cruzándose en la Argentina de Milei.